Archivo | May, 2014

Tiempo de lagartijas

11 May

comment-lezarder-41209201937Existe una palabra en francés para la que no encuentro correspondiente en español: “lézarder”. Lézarder equivale a vaguear, pero al sol, como las lagartijas. Me llama la atención que, con tanto sol como tenemos en España, no dispongamos de una palabra que defina esa tibia sensación, ese “dolce far niente” al que invita la estación estival. Solemos valorar poco lo que tenemos más a mano. A los parisinos, que de tan pocos días de sol disfrutan al año, les encanta lézarder. Bastan unos pocos rayos para que se apropien de los parques, de las terrazas de cafés y bistrots, aletargándose durante horas en esas pocas, poquísimas tardes, en las que el sol llega a picar en París.

A mi lézarder me recuerda el sopor de las tardes veraniegas de la infancia. Sentada en una butaca en el patio trasero, a la sombra de las higueras, con el ruido del mar a lo lejos y la bochornosa brisa acompañada por el canto de las chicharras. Casi dormida pero despierta, la imaginación revoloteaba libre y juguetona.

Ya se acerca el tiempo de las lagartijas. Empieza a intuirse el verano. Un tiempo en el que deberíamos permitirnos tumbarnos a no hacer nada productivo. Un tiempo para olvidarnos del sinsentido en el que vivimos el resto del año, ocupados por miles de cosas sin importancia. Quizás si nos parásemos un poco, lagartijeásemos un poco más, podríamos empezar a pensar… algo tan básico y necesario para cambiar el curso de esta carrera hacia ningún lugar.